Entrevista en exclusiva a Sandalio Gómez

Profesor Emérito del IESE en Dirección de Personas en las Organizaciones.

EyE: ¿En las circunstancias actuales hay soluciones para incrementar el empleo joven en España? 

PSG: Efectivamente hay soluciones, hay cauces para rebajar sensiblemente el porcentaje de paro que hay en este momento, que es de un 46%. Teniendo en cuenta que la media europea viene a ser una tasa del 12% y hay países que no llegan al 10% ni al 8%, hay cauces para esto, cauces legales y formales que se han impulsado para solucionarlo de una manera muy especial a partir de la reforma del 2012. Nos preguntamos ¿por qué no se utilizan los contratos para jóvenes? Han crecido, pero no al nivel que debían haber crecido.

EyE: ¿Qué contratos son aplicables en concreto a los jóvenes?

PSG: Hay dos desde antes de la reforma laboral, aunque ésta ha potenciado uno de ellos. El contrato en prácticas, para recién graduados, que son universitarios o poseen un grado medio. Es un contrato que dura dos años, tiene una reducción del coste de la seguridad social importante del 50%, te permite dar una oportunidad al joven de demostrar su valía, además el coste salarial es inferior al del convenio en su misma categoría y cuando terminan los dos años se extingue el contrato y no hay ningún derecho a indemnización alguna. Si te quedas con una persona en platilla, que haya demostrado su valía, continúas con una bonificación en la Seguridad Social e incluso en algunas autonomías te corresponde una cantidad de 3.000 ó 4.000 euros por cada contrato que conviertas en indefinido. El otro contrato es el de formación y aprendizaje. Está pensado para aquellas personas que están estudiando una formación profesional o incluso en la universidad, aunque esto es un poco más complejo. Ahí es donde entra la formación dual, es decir, si la empresa está buscando renovación de plantilla o busca gente joven o busca formar a personas en especialidades concretas que no existen todavía en España o que no hay todavía personas formadas en ellas, la empresa puede hacer un contrato de formación o aprendizaje por el cual trabajan en la empresa el 75% del tiempo y el 25% tienen que estar en un centro de formación para hacer la formación profesional reglada o para hacer los certificados de profesionalidad, que después pueden convalidarse a la hora de sacar el título de formación profesional. La empresa forma específicamente para sus necesidades para conseguir el encaje de una persona dentro del ambiente de la empresa y se puede quedar después con aquellos que han demostrado mayor capacidad. Ese contrato de trabajo supone una subvención del 100% de la Seguridad Social para las empresas de menos de 250 trabajadores y del 75% para las empresas mayores. Aparte de eso hay que poner unos tutores de empresa que el ministerio también subvenciona con una cantidad, y si la empresa decide crear su propio centro de formación, porque el tamaño lo hace viable, también tiene una serie de bonificaciones, de formación. En conjunto este tipo de contrato de formación y aprendizaje potencia la formación dual, establece un cauce formal de relación laboral, crea unas mayores facilidades para la integración profesional y humana de las personas y favorece el buen ambiente de trabajo en una empresa.

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CONTRATO EN PRÁCTICAS:

  • Para recién graduados, universitarios o poseen un grado medio
  • Dura dos años
  • Reducción del coste de la seguridad social del 50%
  • Coste salarial inferior al de convenio

CONTRATO DE FORMACIÓN DUAL:

  • Trabajan en la empresa el 75% del tiempo y el 25% tienen que estar en un centro de formación
  • Supone una subvención del 100% de la Seguridad Social para las empresas de menos de 250 trabajadores y del 75% para las empresas mayores.

EyE: Profesor, comentaba usted anteriormente que el contrato de formación dual sería aplicable incluso a universitarios. ¿Cómo podría articularse esta posibilidad? 

PSG: Esta es una posibilidad aunque lo que ocurre es que la universidad requiere una formación más intensa y la compatibilidad de trabajar el 75% en la empresa y estar formándose el 25% en la universidad es complicada. De todas formas siempre hay unos márgenes a la hora de trabajar profesionalmente en la empresa y cumplir a la vez unos requisitos curriculares pero habría que explorar esa fórmula.

EyE: ¿En la práctica se utilizan estos contratos en la universidad? 

PSG: Poco en la práctica se utilizan muy poco y habría que desarrollarlo en la universidad. Para universitarios lo que existe son becas que el empresario da a determinadas personas. Hay una serie de problemas que pueden explicar el por qué no se desarrolla más este tipo de contrato. En primer lugar los servicios de empleo están descentralizados en las comunidades autónomas, hay unas que impulsan mucho las becas y otras que fomentan más el contrato de formación y aprendizaje. Hay algunas que dan más facilidades a las empresas y otras menos y eso crea a las empresas que están en el ámbito de varias autonomías mucho desconcierto. El tamaño de las empresas en España es menor que en el resto de Europa y esto exige la coordinación con varios centros de formación
o si la empresa siendo pequeña consigue que un centro de formación atienda todas sus necesidades y ajuste los cursos de formación o acude a centros de formación online para evitar desplazamientos para empresas de un sector determinado que tienen varios centros de trabajo, habría que aplicar un tanto de imaginación. En tercer lugar, los sindicatos no están apoyando este tipo de contratos y no los apoyan cuando realmente es una oportunidad de trabajo única que les permite abrir su carrera profesional y al cabo de dos años encontrarán una empresa que les contrate o bien pueden quedarse en la empresa. En caso contrario, han tenido una experiencia de varios años, se han especializado con lo cual las posibilidades de futuro se amplian. El empresario intenta evitar la formalización de contratos y prefiere la vía de las becas porque lo considera mejor para ellos, piensa en los trámites administrativos y no se decide y eso hay que romperlo porque las facilidades son enormes. La disposición del gobierno y de las autonomías es enorme y el empresario tiene que romper ese miedo. El inicio de todo el proceso de formación dual parte del centro de formación, que busca a los alumnos que paguen una matrícula, busca una empresa para que puedan hacer unas prácticas, vuelven otra vez al centro y éste les busca otro trabajo.

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EyE: ¿No es posible un procedimiento a la inversa en el que sea la empresa la que tenga la iniciativa, la que busque a los alumnos con el contrato de formación dual y después encuentre el centro de formación adecuado? 

PSG: Eso es lo que ocurre en Alemania y funciona muy bien. En España también hay algunas empresas que proceden así y que incluso tienen el centro de formación dentro de su propia empresa, Volkswagen por ejemplo. Cada vez hay más empresas que, si tienen tamaño suficiente, se plantean tener su propio centro de formación y los profesores son propios de la empresa que hacen una orientación específica de acuerdo con los certificados de profesionalidad, que se adaptan a mi empresa. Abro así el camino para que alguien pueda estar trabajando, ganando dinero y formándose para obtener un título. Pero hay una resistencia cultural y miedo a establecer una relación contractual. Pero al empresario hay que decirle: tú inicias un proceso de selección, orientas la formación según tus necesidades, te estás aplicando un coste muy inferior al de un trabajador normal y tienes a una persona trabajando un 75% u 80% del tiempo diez meses al año y dos meses formándose, sin pagar seguridad social o con una reducción enorme, pagándole un salario de convenio, formándole en una especialidad que realmente se ajusta a tus necesidades, y al final si ese señor ha demostrado que merece estar trabajando en tu empresa, la contratas y sigues teniendo bonificación y en caso contrario, no ocurre nada porque no tienes que pagar indemnización alguna.

EyE: ¿Son suficientemente conocidos este tipo de contratos por las empresas en general? 

PSG: No, nos son suficientemente conocidos. Saben que existen pero no entran a profundizar en las posibilidades que les ofrecen. Sí se ha mejorado porque hemos pasado en los últimos años de 80.000 contratos a 110.000 pero eso comparado con los 4.000.000 de contratos temporales no significa nada.

EyE: ¿No se aplican este tipo de contratos por desconocimiento o por otro tipo de causas? 

PSG: Las causas son las mencionadas, por un lado desconocimiento, hay una falta de actitud positiva hacia ese contrato, porque además el sindicato no les apoya, porque además hay desorientación entre los mensajes del Ministerio de Educación y el de Empleo por exigencias curriculares, les cuesta adaptar a las necesidades de las empresas los certificados profesionales. Hay una falta de coordinación del Ministerio de Educación y las autonomías, que hacen sus propias interpretaciones. Los empresarios prefieren una beca con la que pagan 300 euros y no tienen una relación contractual. Vuelvo al principio, si tú, empresa, adquieres una implicación en el proceso desde el principio teniendo gente preparada y bien formada en tu empresa, hay que decir a las empresas: selecciona tú, forma tú, crea tu propio centro de formación, benefíciate de todas las ayudas que te brinda el gobierno. Así conseguirás tener una plantilla formada, motivada y renovada.

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EyE: ¿Ha puesto en marcha la administración a nivel institucional algún grupo de trabajo para intentar solucionar toda esta problemática que nos plantea? 

PSG: Sí existen estos grupos de trabajo pero la cuestión es que cada ministerio y administración tiene sus propios criterios y es difícil cambiar las exigencias de los requisitos curriculares. Se necesita la agilidad suficiente para adaptarse a las necesidades que tienen las empresas. Esto es comprensible para garantizar que los contenidos de la formación sean realmente buenos. Yo comprendo que el Ministerio de Empleo lo que busca es bajar el desempleo y busca a la vez formar pero con una mayor flexibilidad y además establecer un camino para la certificación profesional. A uno le interesa formar bien en cuanto a contenidos y al otro le interesa el desempleo juvenil. Ahí aparece la formación dual. Forma adecuadamente, ofrece una oportunidad para trabajar, con un 25% de estudio y un 75% de trabajo. Es muy distinto el tema si tienes a alguien que se forma el 75% y trabaja el 25%, cambia totalmente el enfoque. Miremos qué pasa en Alemania, allí hay una cultura de la formación dual y un prestigio de la formación profesional. En España el que opta por la formación profesional no goza de este prestigio y reconocimiento social. En estos países el paro está en un 8% ó 10% mientras en España el desempleo juvenil está en el 46% ó 50%, por lo tanto algo no estamos haciendo bien. Si otros países lo están haciendo bien, ¿por qué no lo vamos a hacer nosotros? Esto es tema social, cultural, empresarial, pero hay que luchar.

EyE: ¿Qué posición están adoptando los empresarios a nivel institucional frente a este tipo de contratos? 

PSG: No hay ninguna iniciativa a nivel generalizado para todas las empresas, no hay ninguna importante. No digo que no haya alguna pero si existe es modesta y no han sabido sacarle partido. Y eso es algo que yo echo de menos, yo creo que el empresario debería implicarse mucho más en un problema tan grave como es el desempleo juvenil. Que el empresario que tiene beneficios no pueda comprometerse a tener parte de su plantilla en un tipo de contrato como estos, en un momento como este en el que estamos hablando de solidaridad, de responsabilidad social corporativa, no entiendo que no se dé un paso adelante a nivel institucional, con mucha más fuerza de lo que pueda estarse haciendo ahora.

A los sindicatos hablarle con toda claridad para que si no quieren empujarlo, por lo menos que no pongan pegas y que se den cuenta de la importancia que tiene este tema. Todos somos conscientes de que en la sociedad el principal problema es el paro y dentro del paro, el paro juvenil porque es una generación entera que se pierde y tiene la necesidad de demostrar que es útil a la sociedad, que se le está negando esa posibilidad y que además la base del sistema de pensiones que tenemos en España está en los cotizantes a la seguridad social y en el número de personas que empieza a trabajar. Esto es una vía para incorporarlos al mercado de trabajo aparte de que estos contratos tienen cubiertas todas las necesidades desde el punto de vista social, de desempleo, de pensiones… y aunque la empresa no esté pagando se les reconoce todos estos derechos. Son muchas las razones para que las empresas tanto a nivel institucional como a nivel individual muestren su interés y disposición de desarrollar tanto el contrato en prácticas como el contrato de formación y aprendizaje y yo muchas veces hablando con la anterior Secretaria de Estado y el actual Secretario de Estado, no lo comprendemos y ellos desde el Gobierno están llamando a las empresas y colaborando con ellas y están animando y ese esfuerzo es el que yo no veo que lo estén haciendo los empresarios.

EyE: Sabiendo que existen estos contratos y teniendo en cuenta las circunstancias actuales, ¿qué queda por hacer para fomentar su aplicación?

PSG: Yo creo que lo que queda por hacer es explicar a las empresas las ventajas que suponen para ellas acudir a este tipo de contratación juvenil, que son muchas desde el punto de vista económico, social, de integración, de todo tipo. Explicar eso bien, explicar que los trámites administrativos no son tan complejos, que se pueden llevar a cabo, y eso empresa a empresa. Organizar reuniones de empresarios para que sepan lo que significa, ir a la CEOE, al Consejo de Competitividad Nacional para explicarles bien todo este proceso para ver si se animan a mostrar un postura mucho más activa y si además está acompañado del esfuerzo del Gobierno mucho mejor porque así los empresarios verán que el gobierno se está volcando en esto.

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