Diez claves que determinan el éxito o fracaso de una startup
La puesta en marcha de un nuevo proyecto lleva consigo inseguridades que pueden hacer que el proyecto tenga o no un largo recorrido. En nuestro país contamos con un total de 3.258 startups de las cuáles casi 1.200 han sido creadas en 2017. * Aunque los proyectos aumentan, muchos de ellos terminan fracasando por no tener en cuenta errores básicos. La escuela de negocios ThePowerMBA destaca las claves para fomentar que cada vez sean menos las startups que fracasen.
ThePowerMBA lidera la transformación en la formación empresarial, apostando por un programa de negocios online basado en clases breves y nada convencionales. Entre las claves para conseguir el éxito empresarial destacan la importancia de una adecuada formación de negocios y no saltarse ningún paso en cada etapa de vida de la startup.
claves para conseguir el éxito en tu startup
- Valorar si la idea encaja con los fundadores. Para elegir un proyecto es necesario comprobar si la idea (modelo de negocio) y los fundadores encajan. Para ello se debe identificar las implicaciones que conlleva la idea (competencias, esfuerzos, capital…) y plantear si los fundadores son las personas adecuadas para el proyecto teniendo en cuenta sus capacidades o el momento vital en el que se encuentren. Si la respuesta es negativa, es mejor abortar, aunque se haya invertido y buscar otra idea más adecuada.
- Validar la idea. El error radica en desarrollar un producto o servicio sin estudiar previamente si existe una demanda de éste, dejándose llevar por las opiniones de los más cercanos. Es necesario realizar un estudio mínimo del producto y llevarlo al extremo para saber si la idea tiene o no sentido y comprobar si tendría demanda y si va a ser rentable.
- Construir un mínimo producto viable y no centrarse en salir al mercado con el producto perfecto. El emprendedor invierte tiempo y dinero en buscar la perfección retrasando el contacto con los clientes. Lo óptimo es salir al mercado con un producto que sea lo suficientemente viable y ya en el camino ir mejorando el producto.
- No escalar antes de tiempo. Las empresas con cierta tracción que no consiguen despegar tienden a echar la culpa a la falta de marketing y comienzan a invertir en él cuando el verdadero problema reside en la propuesta de valor. Lo que realmente ocurre es que no han conseguido que el producto encaje en el mercado. El emprendedor debe abrir la mente y centrarse primero en modificar su propuesta de valor hasta conseguir un encaje perfecto.
- Entender las fases por las que pasa una startup. Una vez conseguida la propuesta de valor del producto, la siguiente fase es el empuje. El emprendedor sabrá que ha alcanzado esta etapa porque las ventas se dispararán y aquí es cuando se debe invertir en marketing.
- Comunicar el proyecto de manera clara y convincente. Si los fundadores no comunican los mensajes de manera eficaz no se produce la tracción y el proyecto termina muriendo.
- Entender los pilares del marketing. Tener una formación en marketing es una ventaja competitiva respecto al resto. Es importante entender los pilares básicos del marketing (posicionamiento, segmentación…) y completarlo con formación en marketing digital.
- No obsesionarse con la tecnología. El emprendedor se preocupa por cómo crear la tecnología de su startup y se ponen en manos de programadores. La solución es decidir qué tecnología vas a crear y hacerlo de manera progresiva con herramientas estándar, sin perder el tiempo en elaborar desarrollos a medida que solo harán que se pierda en foco en los clientes.
- No esperar al business angels. Inversores hay muchos pero solo están dispuestos a apostar por proyectos buenos. Para ello hay que demostrar que tu proyecto lo es. Se debe arrancar y disminuir el riesgo de la inversión partiendo del dinero del fundador y su alrededor cercano. Una vez dados estos pasos, el inversor se interesará por el proyecto. Es fundamental también conocer qué tipo de inversores existen y saber presentarle el proyecto.
- Elegir un CEO con una perspectiva integral. Existen dos tipos de personas con éxito en el mundo empresarial. Una minoría que es muy buena en la tecnología o el producto y crean algo excepcional; y el resto de las personas que tienen una buena formación de negocio. El emprendedor tiene que ser empresario, tomar decisiones y contar con una base para entender el negocio desde todas las perspectivas (operaciones, estrategias, informes…).