Tras un nefasto 2020 en materia de empleo (la pandemia llevó a más de 3,7 millones de personas a estar en ERTE, se destruyeron todos los empleos creados en los dos años anteriores a ella, se alcanzó una tasa de paro juvenil superior al 40%, etc.), este análisis nos permite analizar la evolución del empleo, desde todos los ángulos posibles, en el primer año de recuperación económica tras la COVID-19.
La primera conclusión de este análisis es que se han recuperado ya todos los empleos destruidos por la crisis del coronavirus (a pesar de que todavía faltan trabajadores por incorporar en situación de ERTE).
La segunda conclusión es que las mujeres, los jóvenes, los inmigrantes y las personas que han superado la segunda etapa de la educación secundaria y/o FP son los más beneficiados por la creación de empleo. Si bien en el caso de los jóvenes y los inmigrantes, la destrucción de empleo fruto de la COVID-19 había sido especialmente intensa, no lo fue en el caso de las mujeres ni de las personas con la segunda etapa de la secundaria (los niveles educativos inferiores sufrieron una pérdida mayor de empleo) quienes ven mejorar su situación relativa tras la recuperación del empleo.
En palabras de Javier Blasco, director del Adecco Group Institute:”Aunque la recuperación del empleo sigue avanzando a buen ritmo y estamos ya en niveles de ocupación superiores a los de antes de la pandemia, no podemos hablar de una recuperación económica completa. Los riesgos siguen siendo elevados y sesgados a la baja. Además, no podemos quitar el ojo de un nuevo actor que está irrumpiendo con fuerza: la inflación, cuyos efectos empiezan ya a hacerse notar en los bolsillos de trabajadores, autónomos y empleadores”.
PRINCIPALES CONCLUSIONES
- En el último año el número de ocupados en nuestro país ha superado los 20 millones por primera vez desde 2008, ya que la cifra se ha incrementado en 854.100 personas (+4,5% interanual). Esto significa que se han recuperado todos los empleos perdidos por la pandemia (si bien es cierto que la normalización aún no es completa, ya que al final de septiembre había todavía 239.200 asalariados en situación de ERTE).
- El empleo ha crecido en todas las comunidades autónomas. Las autonomías que proporcionalmente más han aumentado sus respectivos colectivos de ocupados son Castilla-La Mancha (+8,2% interanual), Canarias (+7,2%) y Extremadura (+6,9%).
- Por sexos, 6 de cada 10 nuevos empleos han beneficiado a mujeres. Mientras ellos han conseguido 328.300 empleos (+3,1% interanual y un 38,4% de todos los empleos creados), ellas se han hecho con 525.800 puestos (+6% y un 61,6% del total). En cambio, hace un año la destrucción de empleo era más profunda entre los hombres.
- Si atendemos a las franjas de edad, el empleo juvenil, que fue el más perjudicado por la pandemia (-19,1% hace un año), ha tenido una fortísima recuperación, con la creación de 242.100 empleos para personas de entre 16 y 25 años (+26,4% interanual). Por su parte, el empleo de mayores de esa edad ha subido en 612.000 personas (+3,4%).
- Españoles e inmigrantes se están beneficiando de la recuperación del empleo. Pero mientras la cantidad de ocupados de nacionalidad española ha aumentado un 4,4% interanual, el número de ocupados inmigrantes ha crecido un 4,9%. Esto se traduce en una contratación neta de 740.700 personas en el caso de los españoles y de 113.400 personas en el de los inmigrantes.
- Sin embargo, hay una diferencia entre los dos principales grupos de inmigrantes: en tanto que el número de ocupados procedentes de la UE se ha reducido un 9,2% (74.700 empleos menos), el de aquellos originarios de terceros países ha crecido un 12,3% (187.600 empleos ganados).
- En el último año, ha crecido el número de ocupados de todos los niveles formativos, aunque el incremento ha sido proporcionalmente más fuerte en los dos niveles más altos, especialmente en el de aquellos trabajadores con la segunda etapa de la secundaria y/o Formación Profesional (+6,4%).