RENDIMIENTO = POTENCIAL – INTERFERENCIAS
Tim Gallwey, conocido como el padre del coaching moderno, autor de best sellers como “El juego Interior del Tenis”, “El Juego Interior del Trabajo” o “El Juego Interior del Estrés” ha visitado recientemente España y Emplea y Emprende ha tenido el privilegio de charlar en exclusiva con él. De la mano de Koro Cantabrana-reconocida coach, experta en liderazgo y comunicación- y en el incomparable marco del Club de Campo Villa de Madrid, nos desgranó las bases de su método.
Temas como qué es el Juego interior, la franja entre sentirse miserable o divertirse, cómo hacer organizaciones más productivas, el foco en el desempeño, el presentismo del 87% de los trabajadores… se han tratado en esta charla.
QUE ES EL JUEGO INTERIOR
KC: Me gustaría que me explicaras qué es El Juego Interior (Inner Game).
TG: De forma sencilla, el Juego Interior es lo que pasa aquí, en nuestra cabeza. Y el Juego Exterior está ahí fuera, cuando le das con un palo de golf a la pelota para meterlo en un agujero. Existen miles de técnicas sobre cómo hacerlo bien y de forma efectiva. Aunque demasiadas instrucciones hacen que el cerebro piense mucho y que te dé instrucciones sobre cómo pegarle, pero esa parte de ti, de tu cerebro, que se ocupa de coordinar los músculos no habla español, o inglés, y tiene un sistema completamente diferente de aprender, muy distinto al de las instrucciones verbales. No te dijeron cómo andar cuando eras pequeña, pero no te caes. Seguramente no podrías explicarme la forma correcta de andar.
KC: Entonces, ¿cómo puedo aprender a jugar al golf o al tenis?
TG: Igual que aprendiste a andar
KC: ¿Quieres decir practicando?
TG: Sí. Andas un poco y te caes. Andas un poco más y vuelves a caer. Vuelves a andar y vuelves a andar… Porque aprendemos de la experiencia, al hacerlo
EL JUEGO INTERIOR EN LA EMPRESA
KC: Sé que has trabajado por un tiempo en el deporte (tenis, golf…) y que has llevado tu método al mundo del trabajo….
TG: Bueno, yo no lo planeé. Uno de mis alumnos era el vicepresidente de marketing de una de las empresas más grandes del mundo, y fue él quien pensó que yo sabía algo sobre el cambio, que era algo que ellos no conseguían comprender. Me dijo también que era porque yo hacía lo opuesto a lo que ellos hacían.
Era la compañía de telefonía más grande del mundo y como eran un monopolio, la Corte Suprema Americana, les obligaba a dejar de serlo y a competir como cualquiera en el mercado. Todo tenía que cambiar. Entonces, él me miró, cuando yo estaba todavía en pantalones cortos, y me explicó la situación de su empresa en 2 minutos y me preguntó: “¿Cuál es nuestro problema?” Le respondí “No tengo ni idea; tengo poca experiencia en los negocios, pero creo que el problema es la ignorancia de uno mismo”.
KC: ¿Cómo afecta la ignorancia de uno mismo a las organizaciones?”
TG: Ignorancia de uno mismo. Las personas no saben dónde están. Y creen que son una posición en la empresa, su rol. Piensan que son “la forma en la que hacen las cosas”. Soy un vendedor, soy una operadora de telefonía… Y volví a los ejemplos de las lecciones de tenis: no es difícil cambiar el revés; es difícil cambiar MI revés, mi hábito con el que me identifico: “Yo lo hago así”.
Mi primer trabajo es hacerles separarse de esa forma de hacer, sin tratar de cambiarlos. Y lo hago solamente haciéndoles observar.
KC: ¿Cómo funciona el mecanismo de la toma de conciencia?
TG: Conciencia del cuerpo y conciencia de dónde va la pelota, cómo se siente y si funciona… Y así va mejor y mejor rápidamente, porque no hay espacio para la duda, y no hay incluso que “intentar” hacerlo bien u obtener buenos resultados
KC: Con lo cual, ¿tiene una misma aplicación “El Juego Interior” tanto en el deporte como en los negocios?
TG: Yo no he inventado el juego interior. Cada persona juega el juego interior. Y lo hemos jugado durante 200.000 años. Cuando el Homo Sapiens llegó en el momento de la evolución, tenía potencial y tenía interferencias: miedo, dudas, confusión…
Una parte distinta del cerebro actúa sin mucho pensamiento. Los negocios requieren pensar: tienes que trabajar el plan, tienes que pensar en la estrategia…
KC: ¿No estamos acostumbrados a pensar en los resultados?
TG: Pero… son las mismas interferencias: ¿si dudo, consigo los resultados? Si me esfuerzo mucho… normalmente me contraigo y no lo consigo. Es como cuando estás relajado por la mañana en la ducha, cuando no piensas en un problema que tenías… y de repente; la respuesta aparece.
KC: En su libro “El Juego Interior del Trabajo” una fórmula que me encanta: R=p-i, es decir, (Rendimiento = potencial – interferencias). Sé que dentro de mí tengo un gran potencial, pero algunas veces, cuando trabajo, no consigo sacar todo mi potencial, así es que mi rendimiento es menor del que podría ser. Entiendo que esto es por las interferencias, pero… ¿cómo puedo quitarme todas esas interferencias?
TG: Tú no estás cometiendo el gran error. Me has dicho “tengo un gran potencial, pero también tengo interferencias”. Otras personas en cambio, dicen: “mira eso, otro error, soy un estúpido, no soy bueno en este trabajo”.
CLAVES DEL JUEGO INTERIOR: TOMAR CONCIENCIA, ELECCIÓN Y CONFIANZA.
KC: ¿Qué es la conciencia?
TG: Conciencia es como la luz que en una habitación ilumina 360 grados, y el foco es como una linterna que apunta en una dirección. Cuando estás verdaderamente enfocado, bien sea en algo físico o mentalmente, no queda espacio para ser consciente del miedo o la duda. Estás ocupado con lo que realmente está pasando. Eso es lo básico del método.
KC: ¿Cuáles son las claves del juego interior?
TG: El juego interior tiene básicamente 3 aspectos: el primero es tomar más conciencia de los detalles. Si te estás fijando en los detalles de mi cara, de mis arrugas, no puedes estar pensando en qué vas a decir después, sino que viene solo, con lo que se incrementa la conciencia de lo que está pasando ahora, y eso te permite ver diferentes cosas, lo cual, a su vez, te permite elegir sobre en qué dirección quieres ir.
La elección, junto con el compromiso, es la segunda de las partes críticas de El Juego Interior, porque puedo decidir dónde pongo mi atención. Puedo elegir poner mi atención sobre las dudas, sobre lo que no puedo hacer o lo malo que soy haciendo las cosas y podrás tener razón en que no las has hecho correctamente, pero eso no acaba bien, pero sentirás que tienes razón pensando que no eres bueno. Elección. También puedes elegir pensar: yo no soy el error; yo soy alguien mejor que eso. Gran diferencia.
Y la tercera, es confianza. Confiar en el potencial que está dentro de uno mismo. Realmente no necesito enseñar cómo se hace algo, simplemente tengo que rebajar el miedo, rebajar la duda, rebajar mi control excesivo.
KC: ¿Son compatibles estos fundamentos con el micromanagement?
TG: Cuando hablas de organizaciones, eso se llama “micro-management”, micro-gestión, cuando el directivo cree que tiene que decir a sus subordinados cómo atarse los zapatos. Es una exageración, desde luego, pero les dice cómo hacer hasta los detalles más pequeños. Por otra parte no es divertido seguir 400 instrucciones para hacer algo simple, y resulta complicado recordar todo eso, en lugar de hacerlo de forma intuitiva, natural y aprender mientras lo estamos haciendo.
KC. ¿Aprender mientras lo estamos haciendo?
TG: Si preguntas a cualquier directivo: ¿dónde has aprendido las competencias para hacer un trabajo responsable? ¿En la escuela de negocios o trabajando? Todos dicen: ¡trabajando!
COMPROMISO EN LAS ORGANIZACIONES
KC: Según los estudios, más del 80% de los trabajadores van en cuerpo, pero no en alma al trabajo. ¿Cómo enfocar este reto en las organizaciones, en el trabajo?
TG: Piensa en el efecto, solamente en la producción, si fuese al revés, y el 87% estuviera comprometido, producirían mejor, reducirían los errores, lo cual ahorraría a las empresas millones y millones de euros.
KC: ¿Se incrementarían los beneficios en las empresas?
TG: Sí. Y las personas crecerían. Y aquellos trabajadores que no quisieran crecer, no irían a estas empresas. Pero las organizaciones que no piensan en sus trabajadores, no pueden crecer.
KC: Está claro que las empresas tienen que pensar más en sus trabajadores. Ahora estamos en España, en una situación económica que ya conoces. ¿Qué podrías decirle a las empresas españolas?
TG: ¡Que es el tiempo perfecto! Cuando la economía está bien, no tienes tiempo para hacer nada. El producto se hace y sale rápidamente por la puerta. Ahora es un buen momento para pensar cómo quiere la organización que sea su cultura, y para prepararse para cuando la economía tenga el semáforo de salida en verde, y podamos entonces salir a la máxima velocidad, porque hemos invertido tiempo en pensar en que tal vez esa idea de “trabajar, trabajar, trabajar” no funciona.
KC: Gracias, Tim. Nos has dejado claro lo que es El Juego Interior, cómo aplicarlo, que es una forma natural de aprender, que es cuestión de foco, y que en cualquier trabajo se puede disfrutar.
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